Tal ha sido el crecimiento del Hospital, que ya es imposible de aventajar a las grandes cadenas sanitarias, a esos grandes fondos de inversión. Ha llegado el momento de vender.
Hoy por hoy, es inasumible competir en precios con estas grandes cadenas debido a la envergadura que ha tomado el Hospital Infanta Luisa.
El Hospital, que en casi treinta años, ha dejado de ser aquella pequeña clínica anticuada, ahora es el mejor Hospital privado desde Madrid al Sur de España; aunque por la actual situación ciertos grupos sanitarios, no lo quieran reconocer.
Don Hugo da las gracias a todo y cada uno del personal que ha colaborado dia tras dia con su trabajo, para poder convertir a esa vieja clinica en el gran Hospital que es hoy, el Hospital Infanta Luisa.
En principio, todo ha de seguir igual con el nuevo futuro propietario, pues Don Hugo se ha cersiorado de que todos los puestos de trabajos se respeten. También los cargos medios y directivos. Don Obdulio seguirá como gerente, y la dinámica del trabajo será la mismá; pues el nuevo futuro propietario (no dijo quién) está muy contento con la forma de actuar que tenemos.
Tras un fervoroso y gran aplauso Don Hugo emocionado abandonó el salón de actos.
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